en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.” (2 Cor. 4:6) Una gran parte de la miseria y el castigo contra la humanidad, a causa de la caída de Adán, han sido las densas tinieblas y la ignorancia con las cuales la mente humana ha sido cubierta desde ese entonces. Los hombres y las mujeres se han jactado de ser sabios, pero su sabiduría no les ha conducido hacia Dios (vea 1 Cor. 1:21 y Rom. 1:21). Los razonamientos de “los filósofos” y “los
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